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28 de noviembre de 2011

E/LE y política de gobierno

Hace poco, el gobierno de Colombia decidió empezar a apoyar la enseñanza del español como lengua extranjera en el país. Una nota de prensa del 4 de octubre dice lo siguiente:
“Tenemos el privilegio de hablar y escribir un hermoso idioma, con vocablos llenos de musicalidad. Por eso en Colombia queremos compartir este tesoro y estamos construyendo, con el Ministerio de Cultura y el Instituto Caro y Cuervo, una política de gobierno para estimular la enseñanza del español como lengua extranjera”, reveló el Jefe de Estado.
Lo que pasa es que, además del privilegio, Colombia tiene la mala suerte de que haya más de 20 veinte países en el mundo que hablan y escriben el mismo hermoso idioma, que poseen también muchos vocablos llenos de musicalidad y que, para colmo, llevan ya bastante tiempo intentando vendérselo a los extranjeros.
No conozco encuestas fiables al respecto, pero dudo mucho de que para más del 5% de las personas que van a estudiar español en un país hispanohablante, la belleza del idioma sea un argumento determinante. La gran mayoría estudia español porque dominar esa lengua (hasta cierto punto) le da un plus en su carrera universitaria o en su (futura) vida profesional. Los hay también que estudian español (en el contexto escolar europeo no es infrecuente) porque no quieren estudiar francés o alemán. Luego hay otros que van a estudiar a un país hispanohablante en algún programa de intercambio: tampoco ellos suelen poder elegir el país. No estoy diciendo que para todas estas personas la belleza del idioma no tenga cierta importancia, lo que estoy diciendo es que lo de "el español es un idioma muy bonito" se les da por añadidura y eso no tiene nada de malo.
En otras palabras, esa política de gobierno tendrá que producir unos cuantos argumentos poderosísimos para hacerse un hueco en el mercado y tendrán que ser argumentos menos egocéntricos que el mencionado. Y menos rancios, perdonen la palabra. Es que si uno se pone a mirar quién utiliza el argumento de la belleza del idioma, se lleva un buen susto. Hoy, en un artículo por otro lado bastante nauseabundo, el autodenominado periodista español Alfonso Ussía escribe:
No se habla mejor español que en Colombia, y ese magisterio y precisión en la palabra no es tesoro exclusivo de las clases altas. En cualquier rincón colombiano un campesino puede moverse por el lenguaje del Siglo de Oro de la Literatura española.
¿Habráse visto más clasismo, más prejuicio, más estupidez? Los hablantes de español de otros países deberán sentirse ofendidos (si es que le hacen caso, claro). Espero, pues, que no vayan por ese camino. Yo estoy convencido de que cualquier política de promoción que no tome como punto de partida las necesidades reales del futuro estudiante, fracasará. Así que, por favor, nada de belleza del idioma. Y lo mismo podemos decir de otros tópicos como, por ejemplo, la biodiversidad. Nadie viene a estudiar español aquí porque en el Valle del Cauca haya 818 especies de aves voladoras. Con cinco horas de clase al día no hay tiempo para contarlas. Quien sí vendrá es el estudiante de biología que quiera ampliar estudios y, para ello, necesita hablar español.
Otra cosa que hay que observar es lo siguiente. La enseñanza de ELE en Colombia está, en gran parte, en manos de las universidades. Como ya dije en una entrada anterior, en el sistema de SICELE en Colombia participan 27 universidades. Hace poco, durante una tarde lluviosa, me tomé la molestia de visitar las páginas web de cada una de ellas, en busca de información sobre sus cursos de español. Espero que el resultado no sea sintomático por la calidad de los cursos que se ofrecen, pero en la mayoría de las páginas es muy difícil encontrar algo. En varias de ellas, no solo es difícil: es imposible. Yo diría que no hay más de cuatro o cinco que tengan información accesible. Y si me cuesta a mí, que sé qué busco y dónde podría encontrarlo, cuánto no le costará a alguien que no domine bien el español. Se pueden construir todas las políticas de gobierno que se quiera, pero si la información sobre los cursos es inexistente, insuficiente o imposible de encontrar, pues, no va a servir de nada. Ojalá se monte una plataforma única donde el estudiante interesado pueda encontrar la información que necesita. Por cierto, allí habría que incluir también a los centros privados de enseñanza en el país. Desafortunadamente, forma parte del pensamiento universitario creer que, fuera de la academia, no hay conocimientos ni experticia. Creo que la experiencia del desarrollo de ELE en España demuestra lo contrario y que sería un error limitar la política al ambiente oficialista.